lunes, 30 de abril de 2012

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN Y PROTECCIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL


Oh San Miguel Arcángel, postrado en Espíritu delante de tu altar, en la Sagrada cueva que tú mismo consagraste en el Monte Gargano, tu roca fuerte terrenal, yo te reconozco eterno defensor de los Derechos de Dios en el Cielo y en la Tierra; Custodio y Patrón Universal de la Iglesia Católica, Luz y Guía de los Santos de los sumos Pontífices, de los Misioneros, y de todos aquellos que luchan por la Fe de Jesucristo; Humildemente te suplico que aceptes mi Consagración a tu Celestial Persona.

Yo te elijo como mi Príncipe, Soberano y Guía en la lucha contra Satanás y contra el Mal. Contra el Pecado, contra el Odio y las Tinieblas. A ti te consagro mi persona, mi cuerpo con todos sus sentidos, mi Alma con sus potencias, mi familia, mis bienes externos, presentes y futuros, en una palabra: todo lo que me pertenece y me es querido.

Po mi parte te prometo que, con la ayuda de DIOS, en toda circunstancia y con valentía, bajo el estandarte de la Cruz y renovando tu grito: “¿Quién como Dios?”, afirmare contra el enemigo del Bien mi firme voluntad de defender, amar y hacer conocer el Santo Nombre de Dios, de María, de San José y tu Glorioso nombre, oh San Miguel Arcángel.

Me esforzaré por vencer al mal haciendo el bien, procurando amar a Dios y al Prójimo y observando fielmente los Mandamientos de Dios y, los preceptos de la Santa Iglesia Católica Romana.

Te suplico que me bendigas, me defiendas y me cuides, oh San Miguel Arcángel, y que pongas mi nombre en el Libro eterno de la vida beatífica.

Tú eres el que aquilatas y presentas las Almas a Dios; tú que eres el Primer Príncipe del Paraíso, ruega por mí, ahora y en la hora de mi muerte.

Me propongo rezar cada día la Oración (*) del Sumo Pontífice León XIII a tu celestial persona.

Somos miserables; Oh San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.

sábado, 28 de abril de 2012

ORACIÓN ARCÁNGEL SAN MIGUEL



“En el momento de la prueba, debajo de ti encuentro mi refugio, glorioso San Miguel e invoco tu ayuda… (Intención). Con tu poderosa intercesión presenta a Dios mi súplica y obtenme la Gracia necesaria para la salvación de mi alma. Defiéndeme de todo mal y guíame por el camino del amor y de la paz. San Miguel: ilumíname. San Miguel: protégeme. San Miguel: defiéndeme. Amén. Gloria al Padre… (tres veces)”

miércoles, 25 de abril de 2012

ORACION AL ARCANGEL SAN MIGUEL




Divino Miguel Arcángel
Amigo de Jesucristo, defensor
De la fe y abogado de los hombres
Humildemente te rogamos, te dignes librar
De todo mal a los que a ti recurrimos con
Confianza, que tu favor nos ampare, tu
Fortaleza nos defienda y que mediante
Tu incomparable protección ,adelantemos
Cada vez mas en el servicio del señor;
Que tu virtud nos esfuerce todos los días
De nuestra vida, para que así, cuando
Salgamos de este mundo, seamos
Presentados por ti libres de toda
Culpa ante el señor

Amen

lunes, 16 de abril de 2012

EXORCISMO DE LEÓN XIII COMPLETO

EXORCISMO CONTRA SATANÁS Y LOS ÁNGELES REBELDES
 
Publicado por orden de Su Santidad León XIII


Primero debe rezarse, como todos los días el Rosario de la Virgen y después el Exorcismo del Papa León XIII. ¡Todos los días! 

Jesús nos dice lo siguiente:

  Hijos míos: haced el Exorcismo de mi amado Arcángel Miguel, dictado a mi siervo el Papa León XIII, todas las veces que podáis y propagad su devoción. Si supierais hijos míos las gracias y la protección que os brindo a través de esta poderosa armadura, ¡si lo supierais!, ¡entonces la utilizaríais más frecuentemente y propagaríais su devoción! Yo, vuestro Padre, a través de mi amado Arcángel Miguel., expulso y protejo de toda fuerza del mal a todos aquellos que hagan y propaguen su devoción. De los lugares donde se practique esta devoción el demonio huirá y ninguna fuerza del mal os podrá tocar.
 
 Todo aquel que ore con fe y en gracia de Dios el exorcismo de mi Amado Arcángel, se convierte en soldado de mi ejército aquí en la tierra; es poderosa armadura contra el ejército de Satanás y sus demonios; hacedlo después del rezo del Santo Rosario, para que veáis cuán grande poder os doy. Pregonad su devoción y os concederé indulgencias especiales. Os lo prometo.
 
 Todo aquel que practique esta devoción tendrá la protección de mi Arcángel Miguel, y él, mi amado Príncipe, lo acompañará en todos sus caminos. Ni los demonios, ni las pestes, ni las tragedias, ni las catástrofes, ni las tempestades, ni el hambre, tocarán a las puertas de aquellos que oren con el exorcismo. Mi Arcángel será intercesor en esta vida y en la eternidad de todos aquellos que sean sus devotos. Hacedlo extensivo a vuestros familiares, parientes, vecinos, amigos y en general al mundo entero, para que las fuerzas del mal sean desterradas de la faz de la tierra. Uníos en oración al Corazón Inmaculado de María y a mis Ejércitos Celestiales; rezad el Santo Rosario y luego haced el Exorcismo, para que permanezcáis en victoria. Acordaos que el tiempo está cerca, sed verdaderos guerreros combatiendo junto a vuestra Madre María y a mis Ejércitos Celestiales. Sed devotos de mi Arcángel y Él, os asistirá en todas vuestras batallas espirituales. Estad pues hijos míos en gracia de Dios al orar con esta armadura y os brindaré grandes victorias sobre toda fuerza del mal.
 



San Miguel nos dice lo siguiente:

  Hermanos: Cada que oréis con mi exorcismo, llamadme primero tres veces, con mi grito de combate:

"¡Quién es como Dios!
Nadie es como Dios”

 Y yo vendré con la velocidad del pensamiento a asistiros en vuestra lucha espiritual. No temáis hermanos, haced mi exorcismo; soy Yo vuestro hermano Miguel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre los que combatimos por vosotros; por lo tanto, no temáis, estamos para serviros, protegeros y amparos de todo mal y peligro.

Yo, Miguel, Príncipe de los ejércitos de mi Padre, os prometo que seré amigo e intercesor en esta vida y en la llegada a la eternidad de todos aquellos que oren y propaguen la devoción de mi exorcismo. No dejaré que ninguno de mis devotos se pierda y lo mismo haré con sus familias. Cuando llegue su hora, los llevaré a la Gloria de Dios y los presentaré ante mi Padre, sin que tengan que pasar por el Juicio de Dios.

Hermanos, os pido que al hacer mi exorcismo incluyáis las almas de los pecadores que en más peligro estén de condenarse, y las almas de los moribundos que estén en pecado mortal. Si oráis por ellas, yo intercederé ante mi Padre para que no se pierdan. Esas almas rescatadas del fuego del infierno os lo agradecerán y serán intercesoras vuestras cuando alcancen la Gloria de Dios. Orad también con mi exorcismo por la conversión de los pecadores, por la Iglesia y los Sacerdotes, para que nosotros, a través de vuestras oraciones y súplicas y por la Gracia de mi Padre, expulsemos a Jezabel (personaje bíblico) y Asmodeo (demonio que aparece en La Biblia), que están apartando a los Pastores de la Iglesia del camino del evangelio. Orad también por la paz del mundo, tan amenazada en vuestro tiempo y muy especialmente, orad por el triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora y Reina María. Si nos llamáis, vendremos en vuestro auxilio; entended hermanos que mi Padre respeta vuestro libre albedrío, es por eso, por lo que debéis de orar y orar y más especialmente en estos tiempos de tanta oscuridad.


No olvidéis hermanos, orar con mi armadura en Gracia de Dios (confesados y comulgando), uniéndoos al Corazón Inmaculado de Nuestra Señora y Reina María, a Mí, y a los ejércitos celestiales, para que juntos desterremos de la faz de la tierra toda fuerza del mal.
 
“Gloria a Dios en el cielo” Aleluya, Aleluya, Aleluya.


 
 El Exorcismo de León XIII

 
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
 
Salmo 67.
Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.
 
 
Salmo 34.
Señor, pelea contra los que me atacan; combate a los que luchan contra mí. Sufran una derrota y queden avergonzados los que me persiguen a muerte. Vuelvan la espalda llenos de oprobio los que maquinan mi perdición. Sean como polvo frente al viento cuando el Ángel del Señor los desbarate. Sea su camino oscuro y resbaladizo, cuando el Ángel del Señor los persiga.
Porque sin motivo me tendieron redes de muerte, sin razón me abrieron trampas mortales.
Que les sorprenda un desastre imprevisto, que los enrede la red que para mí escondieron; que caigan en la misma trampa que me abrieron. Mi alma se alegra con el Señor y gozará de su salvación. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 
Súplica a San Miguel Arcángel.
 
Gloriosísimo príncipe de la milicia celestial, Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha que mantenemos combatiendo “contra los principados y potestades, contra los caudillos de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos esparcidos por los aires” (Ef. 6, 12). Ven en auxilio de los hombres que Dios creó incorruptibles a su imagen y semejanza (Sap. 2, 23), y a tan “alto precio rescatados” (I Cor. 6, 20) de la tiranía del demonio. Con las huestes de los ángeles buenos pelea hoy los combates del Señor, como antaño luchaste contra Lucifer, corifeo de la soberbia y contra sus ángeles apóstalas. Ellos no pudieron vencer, y perdieron su lugar en el Cielo. “Fue precipitado el gran dragón, la antigua serpiente el denominado diablo y Satanás, el seductor del universo: fue precipitado a la tierra y con él fueron arrojados sus ángeles” (Apoc. 12,.8-9).
 
He aquí que el antiguo enemigo y homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia; el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.
 
Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que le atacan y dale la victoria.
 
La Iglesia te venera como su guardián y patrono, se gloría que eres su defensor contra los poderes nocivos terrenales e infernales; Dios te confió las almas de los redimidos para colocarlos en el estado de la suprema felicidad. Ruega al Dios de la paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies, para que ya no pueda retener cautivos a los hombres y dañar a tu Iglesia. Ofrece nuestras oraciones al Altísimo, para que cuanto antes desciendan sobre nosotros las misericordias del Señor (Salmo 78, 8), y sujeta al dragón, la antigua serpiente, que es el diablo y Satanás, y, una vez encadenado, precipítalo en el abismo, para que nunca jamás pueda seducir a las naciones (Apoc. 20). 
 
Después de esto, confiados en tu protección y patrocinio, con la sagrada autoridad de la Santa Madre Iglesia, nos disponemos a rechazar la peste de los fraudes diabólicos, confiados y seguros en el Nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor.
 
He aquí la Cruz del Señor, huid poderes enemigos.
 
R. Ha vencido el León de la tribu de Judá, la raíz de David.
Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.
R. Como lo esperamos de Ti.
Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
 
Oremos.
Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu santo Nombre y suplicantes imploramos tu clemencia, para que, por la intercesión de la Inmaculada siempre Virgen María Madre de Dios, del Arcángel San Miguel, de San José Esposo de la Santísima Virgen, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de todos los Santos, te dignes prestarnos tu auxilio contra Satanás y todos los demás espíritus inmundos que vagan por el mundo para dañar al género humano y para la perdición de las almas. Amén.
 
Exorcismo: Te exorcizamos todo espíritu maligno, poder satánico, ataque del infernal adversario, legión, concentración y secta diabólica, en el nombre y virtud de Nuestro Señor Jesucristo, para que salgas y huyas de la Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa Sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios, zarandear a los elegidos y cribarlos como el trigo. Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte, “el cual quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (II Tim. 2). Te lo manda Dios Padre  te lo manda Dios Hijo; te lo manda Dios Espíritu Santo. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, “se humilló a sí mismo hecho obediente hasta la muerte” (Fil. 2); el cual edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló que los “poderes del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo había de permanecer con ella todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mat. 28, 20). Te lo manda el santo signo de la Cruz y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza.
 
Te lo manda la fe de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de los demás Apóstoles. Te lo manda la sangre de los mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y Santas. Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te conjuramos por Dios vivo, por Dios verdadero, por Dios  santo, que “de tal modo amó al mundo que entregó a su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que viva la vida eterna” (Juan 3); cesa de engañar a las criaturas humanas y deja de suministrarles el veneno de la eterna perdición; deja de dañar a la Iglesia y de poner trabas a su libertad. Huye Satanás, inventor y maestro de toda falacia, enemigo de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, en quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede ante la Iglesia una, santa, católica y apostólica, la que el mismo Cristo adquirió con su Sangre. Humíllate bajo la poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por nosotros el santo y terrible Nombre de Jesús, ante el que se estremecen los infiernos, a quien están sometidas las Virtudes de los cielos, las Potestades y las Dominaciones; a quien los Querubines y Serafines alaban con incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los Ejércitos.
 
Señor, escucha mi oración.  R. Y llegue a Ti mi clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
 
Oremos. Dios del Cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles, Dios de los Arcángeles, Dios de los Patriarcas, Dios de los Profetas, Dios de los Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las Vírgenes, Dios que tienes el poder de dar la vida después de la muerte, el descanso después del trabajo, porque no hay otro Dios fuera de Ti, ni puede haber otros sino Tú mismo, Creador de todo lo visible y lo invisible, cuyo reino no tendrá fin: humildemente te suplicamos que tu gloriosa Majestad se digne libramos eficazmente y guardamos sanos de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus infernales. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
 
De las asechanzas del demonio.
R. Líbranos, Señor.
Haz que tu Iglesia te sirva con segura libertad.
R. Te rogamos, óyenos.
Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.
R. Te rogamos, óyenos.
 
(Se rocía con agua bendita el lugar y a los presentes).
Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).
 
Padre nuestro….
Y ahora rezar la siguiente oración:

PODEROSA INVOCACIÓN PARA PEDIR PROTECCIÓN
 
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Tu Sangre Preciosa! Misericordioso Jesucristo Agonizante, derrama Tu Sangre Preciosa sobre las almas. Satisface nuestra sed, y vence al enemigo. Amén.
Poderosa Sangre de Salvación, combate al enemigo. (3 veces).


Y finalmente:


ORACIÓN DE COMBATE A SAN MIGUEL

Se llama primero a San Miguel, pidiéndole permiso al Padre celestial con el rezo de un Padrenuestro. Luego se dice la oración que se enseñó para estos tiempos:

San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: "Quién como Dios, nadie es como Dios", someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies. Amén.

jueves, 12 de abril de 2012

SAN MIGUEL ARCANGEL (POEMA)

SAN MIGUEL ARCÁNGEL


Arcángel sagrado San Miguel,
enviado arlequín del divino,
levantando el acero bendito sobre tu corcel
persigues el mal y hombres en desatino.

Con el poder de la espada santa,
destrozas a Satanás, ángel del mal,
librándonos con luz sacrosanta,
de caer en el pecado y en el mal.
 
Te pedimos Patrón de nuestro pueblo
intercedas ante Dios como buen soldado
y sean perdonados nuestros pecados
prometiendo ser fieles y siempre buenos.

Que la bendición de Dios,
sea manto que cubra nuestros campos
y nos libres de penas y lamentos
paz y armonía para todos Señor mío.
 
(Luís Edmundo Sayarumicha)

domingo, 8 de abril de 2012

ORACIÓN POR LA FAMILIA



Arcángel San Miguel, protector y guardián de los hombres, tú que brillas con resplandor, líbranos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a tí para que guardes en unión y amor a nuestras familias. Fortalece con tu presencia la unión familiar y libérala de todo egoísmo y discordia. Amén.

jueves, 5 de abril de 2012

PRÍNCIPE GLORIOSÍSIMO


 Glorioso Príncipe, San Miguel Arcángel, yo, tu humilde siervo te saludo por intermedio del Sacratísimo Corazón de nuestro Señor Jesucristo,  te ofrezco mi amor por el aumento de tu alegría, de tu fortaleza y de tu gloria. Doy gracias a Dios por las bendiciones que Él trae para ti y con el que quiere honrarte y exaltarte a ti por encima de todos los otros ángeles. Yo especialmente me encomiendo a tu cuidado en la vida y en la muerte. Quédate junto a mí, ahora y siempre, sobre todo al final de mi vida. Tuviste la amabilidad de la consolarme, fortalecerme y protegerme. Obtuviste para mí un aumento en la fe, en la esperanza y en la caridad. No permitas que me aparte de  la fe, ni que caiga en la trampa de la desesperación, ni dar por sentado las buenas obras que realizo y pensar que siempre me encuentro en medio de la gracia de Dios. Obtener para mí el perdón de mis pecados, la humildad, la paciencia y otras virtudes, la perseverancia en el bien verdadero, y la gracia final que me puede dar la gloria a Dios. Amén.
 

domingo, 1 de abril de 2012

PRIMER MINISTRO DE DIOS

Glorioso Príncipe del Cielo, divino Miguel Arcángel, Primer ministro de Dios, Amigo de Jesucristo, Defensor de la fe y abogado de los hombres: Tú que estás defendiendo todas las religiones, tú que gobiernas en esta era del rayo azul, que tanto favoreces a tus devotos. Haz que yo sepa amar y servir, protégeme de la injusticia, ayúdame a amar a mis enemigos, a fin de convertirlos en amigos. Alcánzame del Señor lo que te pido en este momento (hacer petición) para mayor honra y Gloria suya y provecho de mi Alma. Amén.
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